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Nací el 25 de diciembre en Caniles (Granada). Me llamo Estrella de Belén, pero me llaman Estela… Por causalidad o sincronicidad, la ilustradora se llama Luz de la Mañana… Alba. El logotipo de la editorial es una estrella de 5 puntas, y yo soy la quinta hija de la estrella de 5 puntas a la que dieron vida y luz mis padres. Mi fecha de nacimiento suma 5, que viene de un 23; mi D.N.I. también; a las 23:23 de un día 5 mandé este libro a la editorial Amatista, piedra que siempre llevo conmigo. Y el día que los Reyes llegaron a Belén guiados por la estrella, me dieron la noticia de su publicación.

Estudié E.G.B., pero aprendí en el recreo; estudié Formación Profesional, pero aprendí de los profesores; estudié Publicidad y Relaciones Públicas, pero aprendí en el negocio familiar; estudié Protocolo y Etiqueta Social, pero aprendí trabajando en un banco; estudié Trabajo Social, pero aprendí trabajando en un aeropuerto y como voluntaria en la Cruz Roja. Allí me di cuenta de que nada me había preparado para gestionar mis emociones.

En la búsqueda de herramientas, volví a estudiar: Filosofía, Naturopatía, Acupuntura, Homeopatía, Ayurveda, Kinesiología, Alimentación Consciente, Orto-molecular y Macrobiótica, Reiki Usui y Karuna, Quiromancia, Astrología, Numerología Pitagórica, Meditación, Ho’oponopono, Shiatsu, PNL, Mindfulness.

Pero era de la vida de la que aprendía; fue la enfermedad la que me enseñó, las personas que hay detrás de su profesión, de mi familia, de mis amigos y de mis enemigos. Comprendí que todos tenemos este momento en común, que todos estamos buscando el equilibrio, en la voluntad que mueve nuestro libre sentir… el amor. Que todos tenemos la intención de ser la mejor versión de nosotros mismos, y que, compartiendo el conocimiento, aumenta la plenitud.

Fui consciente de que en nuestro interior siempre disponemos de las herramientas necesarias para vivir y disfrutar de nuestras vidas, y puede que nos sorprendan: la ilusión, la magia y la alegría; viviendo, o lo que es igual, bailando felices la danza cósmica del amor, en el único planeta en el que se puede… la Tierra.